lunes, 29 de noviembre de 2010

Wikileaks: La mayor filtración de la historia deja al descubierto los secretos de la política exterior de EE UU


EL PAÍS desvela los documentos de Wikileaks.- Putin, autoritario y machista.- Las fiestas salvajes de Berlusconi.- Estrecho seguimiento de Sarkozy.- Los movimientos para bloquear a Irán.- El juego en torno a China.- Los esfuerzos para aislar a Chávez

VICENTE JIMÉNEZ / ANTONIO CAÑO - Madrid - 28/11/2010

EL PAÍS, en colaboración con otros diarios de Europa y Estados Unidos, revela el contenido de la mayor filtración de documentos secretos a la que jamás se haya tenido acceso en toda la historia. Se trata de una colección de más de 250.000 mensajes del Departamento de Estado de Estados Unidos, obtenidos por la página digital Wikileaks, en los que se descubren episodios inéditos ocurridos en los puntos más conflictivos del mundo, así como otros muchos sucesos y datos de gran relevancia que desnudan por completo la política exterior norteamericana, sacan a la luz sus mecanismos y sus fuentes, dejan en evidencia sus debilidades y obsesiones, y en conjunto facilitan la comprensión por parte de los ciudadanos de las circunstancias en las que se desarrolla el lado oscuro de las relaciones internacionales.

Estos documentos recogen comentarios e informes elaborados por funcionarios estadounidenses, con un lenguaje muy franco, sobre personalidades de todo mundo, desvelan los contenidos de entrevistas del más alto nivel, descubren desconocidas actividades de espionaje y exponen con detalle las opiniones vertidas y datos aportados por diferentes fuentes en conversaciones con embajadores norteamericanos o personal diplomático de esa nación en numerosos países, incluido España.

Queda en evidencia, por ejemplo, la sospecha norteamericana de que la política rusa está en manos de Vladimir Putin, a quien se juzga como un político de corte autoritario cuyo estilo personal machista le permite conectar perfectamente con Silvio Berlusconi. Del primer ministro italiano se detallan sus "fiestas salvajes" y se expone la desconfianza profunda que despierta en Washington. Tampoco muestra la diplomacia estadounidense un gran aprecio por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, a quien se sigue con gran meticulosidad acerca de cualquier movimiento para obstaculizar la política exterior de Estados Unidos.

Los cables prueban la intensa actividad de ese país para bloquear a Irán, el enorme juego que se desarrolla en torno a China, cuyo predominio en Asia se da casi por aceptado, o los esfuerzos por cortejar a países de América Latina para aislar al venezolano Hugo Chávez.

En ocasiones, las expresiones usadas en estos documentos son de tal naturaleza que pueden dinamitar las relaciones de Estados Unidos con algunos de sus principales aliados; en otras, pueden ponerse en riesgo algunos proyectos importantes de su política exterior, como el acercamiento a Rusia o el apoyo de ciertos Gobiernos árabes.

El alcance de estas revelaciones es de tal calibre que, seguramente, se podrá hablar de un antes y un después en lo que respecta a los hábitos diplomáticos. Esta filtración puede acabar con una era de la política exterior: los métodos tradicionales de comunicación y las prácticas empleadas para la consecución de información quedan en entredicho a partir de ahora.

Todos los servicios diplomáticos del mundo, y especialmente de Estados Unidos, donde esta filtración se suma a otras anteriores de menor trascendencia con papeles relativos a Irak y Afganistán, tendrán que replantearse desde este momento su modo de operar y, probablemente, modificar profundamente sus prácticas.

Intensas gestiones

Tratando de anticiparse a ese perjuicio, la Administración de Estados Unidos lleva varios días, desde que supo la existencia de esta fuga de documentos, realizando intensas gestiones ante el Congreso norteamericano y los Gobiernos de gran parte de las naciones ante los que tiene representación diplomática para informarles sobre el previsible contenido de las filtraciones y sus posibles consecuencias. El Departamento de Estado envió a principio de esta semana un informe a los principales comités de la Cámara de Representantes y del Senado previniéndoles sobre la situación.

La propia secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha telefoneado en las últimas horas a los Gobiernos de los países más importante afectados por esta fuga de información, entre otros los de China, Alemania, Francia y Arabia Saudí, para alertarles de lo sucedido y ofrecer algunas justificaciones

En Reino Unido, Israel, Italia, Australia y Canadá, entre otros socios de Estados Unidos, portavoces de sus respectivos ministerios de Relaciones Exteriores confirmaron que habían recibido información de parte de los embajadores norteamericanos, aunque no revelaron detalles sobre los datos precisos que habían sido puestos en su conocimiento. No ha habido, sin embargo, comunicación directa entre la Embajada en Madrid y el Gobierno español acerca de este asunto.

El portavoz del Departamento de Estado, P. J. Crowley, ha reconocido que no conoce con exactitud las informaciones que aparecerán en los papeles filtrados, aunque ha adelantado que "estas revelaciones son dañinas para los intereses de Estados Unidos". "Van a crear tensiones entre nuestros diplomáticos y nuestros amigos alrededor del mundo", declaró este fin de semana.

El Departamento de Estado, que ha negociado con uno de los periódicos que hoy publican los cables algunos contenidos particularmente lesivos para sus intereses o peligrosos para ciertas personas, está especialmente preocupado por el daño que esto puede causar en la guerra contra Al Qaeda en algunas regiones en la que la libran de forma encubierta, como Yemen o Pakistán, así como los efectos que puede tener para las difíciles relaciones con otras potencias, como Rusia y China.

Los dos últimos años

Los documentos -251.287 mensajes que cubren un periodo hasta febrero de 2010 y, en su mayor parte, afectan a los dos últimos años- fueron facilitados por WikiLeaks hace varias semanas, además de a EL PAÍS, a los diarios The Guardian, de Reino Unido; The New York Times, de Estados Unidos; Le Monde, de Francia, y al semanario Der Spiegel, de Alemania. Estos medios han trabajado por separado en la valoración y selección del material, y pondrán a disposición de sus lectores aquellas historias que cada uno considere de mayor interés; en algunos casos serán coincidentes, en otros no.

Ese proceso se ha llevado a cabo bajo una exigente condición de no poner en peligro en ningún momento fuentes protegidas de antemano o personas cuya vida podría verse amenazada al desvelarse su identidad. Al mismo tiempo, todos los medios han hecho un esfuerzo supremo por evitar la revelación de episodios que pudieran suponer un riesgo para la seguridad de cualquier país, particularmente de Estados Unidos, el más expuesto por estas revelaciones. Por esa razón, algunos de los documentos que serán puestos a disposición de nuestros lectores a partir de hoy aparecerán parcialmente mutilados.

EL PAÍS no ha estado en el origen de la filtración y, por tanto, desconoce los criterios con los que se ha llevado a cabo la selección del paquete que finalmente ha llegado a manos del diario. Resulta evidente que los papeles analizados no son todos los emitidos en el mundo por el Departamento de Estado en el periodo de tiempo comprendido, pero ignoramos si esos son todos a los que ha tenido acceso WikiLeaks.

Pese a eso, el lector comprobará el valor que en sí mismo encierra el conjunto de documentos facilitados, al margen de que puedan existir otros muchos que aún se desconocen. Se trata de un material que aporta novedades relevantes sobre el manejo de asuntos de gran repercusión mundial, como el programa nuclear de Irán, las tensiones en Oriente Próximo, las guerras de Irak y Afganistán y otros conflictos en Asia y África.

Terrorismo y radicalismo islámico

También se recogen los movimientos entre Estados Unidos y sus aliados para hacer frente al terrorismo y al radicalismo islámico, así como detalles reveladores sobre episodios de tanta trascendencia como el boicot de China a la empresa Google o los negocios conjuntos de Putin y Berlusconi en el sector del petróleo. De especial interés son las pruebas que se aportan sobre el alcance de la corrupción a escala planetaria y las permanentes presiones que se ejercen sobre los diferentes Gobiernos, desde Brasil a Turquía, para favorecer los intereses comerciales o militares de Estados Unidos.

Entre los primeros documentos que hoy se hacen públicos, se descubre el pánico que los planes armamentísticos de Irán, incluido su programa nuclear, despiertan entre los países árabes, hasta el punto de que alguno de sus gobernantes llega a sugerir que es preferible una guerra convencional hoy que un Irán nuclear mañana. Se aprecia la enorme preocupación con la que Estados Unidos observa la evolución de los acontecimientos en Turquía y la estrecha vigilancia a la que se mantiene al primer ministro, Erdogan.

Y, sobre todo, esta primera entrega revela las instrucciones que el Departamento de Estado ha cursado a sus diplomáticos en Naciones Unidas y en algunos países para desarrollar una verdadera labor de espionaje sobre el secretario general de la ONU, sus principales oficinas y sus más delicadas misiones.

Los lectores descubrirán al acceder a las sucesivas crónicas detalles insospechados sobre la personalidad de algunos destacados dirigentes y comprobarán el papel que desempeñan las más íntimas facetas humanas en las relaciones políticas. Eso resulta particularmente evidente en América Latina, donde se dan a conocer juicios de diplomáticos norteamericanos y de muchos de sus interlocutores sobre el carácter, las aficiones y los pecados de las figuras más controvertidas.

Mañana EL PAÍS ofrecerá detalles, por ejemplo, sobre las sospechas que la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, despierta en Washington, hasta el punto de que la Secretaría de Estado llega a solicitar información sobre su estado de salud mental. El mismo día se darán a conocer algunas de las gestiones que la diplomacia norteamericana ha realizado para repatriar a los presos de Guantánamo, así como la intensa actividad en Asia para frenar el peligro que representa Corea del Norte.

Cables controvertidos

Entre los cables con los que ha trabajado este periódic o se encuentran informes extraordinariamente controvertidos, como los mensajes del embajador norteamericano en Trípoli en los que cuenta que el líder libio, Muamar el Gadafi, usa botox y es un verdadero hipocondríaco que hace filmar todos sus exámenes médicos para analizarlos posteriormente con sus doctores, y relatos con meticulosas descripciones del paisaje local, como el que hace un diplomático estadounidense invitado a una boda en Daguestán que sirve para ilustrar el grado de corrupción en la zona.

Hay cables de gran valor histórico, como el que revela la apuesta de la diplomacia norteamericana por el derrocamiento del general panameño Manuel Antonio Noriega o el que detalla ciertos movimientos de Estados Unidos durante el golpe de Estado que destituyó a Manuel Zelaya en Honduras, y cables de enorme interés sobre acontecimientos actuales, como el que precisa la presión ejercida sobre el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, para que contenga los abusos de sus allegados y facilite la gobernabilidad del país.

En lo que respecta a España, estos documentos registran el enorme acceso de la Embajada de Estados Unidos a personalidades destacadas del ámbito político y judicial, y su influencia en algunos acontecimientos que han marcado la actualidad de los últimos años. También se descubre el punto de vista que funcionarios estadounidenses tienen de la clase política española, así como el que algunos políticos expresan sobre sus compañeros y adversarios.

En determinados casos, estas revelaciones tienen el estrictamente el valor que tiene la opinión de una persona de posición influyente. En otros casos, se trata de relatos que aportan pistas sobre acontecimientos importantes pero que son narrados por una sola fuente: el servicio diplomático de Estados Unidos. EL PAÍS no ha podido corroborar todos esos relatos y ha prescindido de algunos que ha considerado de dudosa credibilidad. Pero sí ha certificado otros y ha operado de forma responsable con el país objeto de la filtración con la intención de causar el menor daño posible. Entre otras precauciones, se ha decidido aceptar los compromisos a los que The New York Times llegue con el Departamento de Estado para evitar la difusión de determinados documentos.

No todos los papeles obtenidos por Wikileaks han sido utilizados para la elaboración de nuestras informaciones, y solo una parte de ellos serán expuestos públicamente, independientemente de lo que la propia WikiLeaks o los demás medios que han recibido el material decidan hacer. Se han seleccionado tan solo aquellos que consideramos imprescindibles para respaldar la información ofrecida.

Las informaciones han sido preparadas y escritas únicamente por redactores de nuestro periódico atendiendo a nuestras particulares exigencias de rigor y calidad. A lo largo de varios días se irán ofreciendo las crónicas que recogen la sustancia de esos documentos, añadiéndoles el contexto y la valoración requeridos, así como sus posibles reacciones y consecuencias.

Algunas de esas reacciones estarán, seguramente, dirigidas a examinar las causas por las que puede haberse producido una fuga de semejante magnitud. El origen de este problema puede remontarse a los días posteriores al ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, cuando se detectaron unos fallos de coordinación entre los servicios de inteligencia que recomendaron la necesidad de un modelo de comunicación que permitiera a los diferentes responsables de la seguridad compartir datos extraídos por el Departamento de Estado.

Un sistema de Internet del Ejército

Se extendió, por tanto, a partir de esa fecha el uso de un sistema de Internet del Ejército norteamericano denominado SIPRNET, un acrónimo de Secret Internet Protocol Router Network. Todos los cables que se incluyen en esta filtración fueron enviados por ese medio, como se comprueba por la etiqueta que cada uno de ellos lleva en su cabecera, la palabra SIPDIS, que son las siglas para Secret Internet Protocol Distribution.

Al menos 180 embajadas norteamericanas alrededor del mundo utilizan actualmente ese sistema de comunicación, según informes elaborados por el Congreso norteamericano. Aunque se exigen fuertes medidas de seguridad para el uso de ese sistema, como la de mantenerlo abierto únicamente cuando el usuario está frente a la pantalla, la exigencia de cambiar la clave cada cinco meses o la prohibición de utilizar cualquier clase de CD u otro método de copia de contenidos, el número de personas que ahora acceden a la información ha crecido considerablemente.

A ese crecimiento ha ayudado también la necesidad de ampliar el número de personas trabajando en cuestiones de seguridad y, como consecuencia, la del número de personas a la que se da acceso a documentos clasificados. El Departamento de Estado clasifica sus informes en una escala que va del Top Secret al Confidential. En los documentos facilitados a EL PAÍS no hay ninguno clasificado como Top Secret, aunque sí más de 15.000 situados en la escala inferior, Secret.

Según se puede deducir de datos elaborados por la Oficina de Control del Gobierno, perteneciente al Congreso norteamericano, y otros expuestos recientemente por medios de comunicación de ese país, más de tres millones de estadounidenses están autorizados al acceso a ese material Secret. Eso incluye decenas de miles de empleados del Departamento de Estado, funcionarios de la CIA, del FBI, de la DEA, de los servicios de inteligencia de las fuerzas armadas y de otros departamentos implicados en la búsqueda de información. En Estados Unidos funcionan 16 agencias con responsabilidades de espionaje.

Será muy costoso, por tanto, para ese país reparar el daño causado por esta filtración, y llevará años poner en pie un nuevo sistema de comunicación con plenas garantías. Lo más importante, sin embargo, es el valor informativo que esos documentos tienen actualmente. Estamos ante una serie de relatos, sin precedentes en el periodismo español, que servirán para una mejor comprensión de algunos conflictos y de personalidades que afectan determinantemente a nuestra vida y que pueden abrir a nuestros lectores a una nueva interpretación de la realidad que les rodea.

Así cuentan la noticia sobre los papeles del Departamento de Estado The New York Times, Der Spiegel, Le Monde y The Guardian | La mayor filtración de la historia |Ir al especial

FUENTE:

http://www.elpais.com/.../filtracion...deja/descubierto/secretos/politica/exterior/EE/UU/..

domingo, 21 de noviembre de 2010

Si todavia no crees que el Dolar Americano ha perdido su valor, es hora que leas esto y te prepares!

Lo que muchos creian que era teoria conspiranoica, ahora estan por darse en la frente con sus propios ideales!
El dolar ha dejado de tener VALOR en el mundo entero!

OS imaginanis a todas las tropas mercenarias americanas que tienen ELLOS estacionados alrededor del mundo sin DINERO QUE VALGA? Que pasará con esos soldados?

Os dejo para que penseis!

Mitos sobre el oro “El oro ya no es dinero”.

Los políticos nunca se han sentido cómodos con el oro. Fue un dinero que les vino impuesto por el mercado y que desde luego limitaba enormemente su poder y su margen de maniobra. Desde un punto de vista monetario, bien puede observarse el siglo XX como una continua lucha del Estado contra el oro, una batalla sin cuartel para ir desarticulando el patrón oro clásico con tal de sustituirlo por un nuevo dinero de cuño político que les permitiera a los burócratas manipular el volumen de crédito con el único límite del repudio monetario....

En apariencia, el resultado de la contienda fue el de una aplastante victoria del Estado sobre el oro, el cual dejó de ser un activo monetario desde el mismo momento en que Nixon decidió cerrar Bretton Woods. O dicho de otra manera, políticos y economistas de todos los países, partidos e ideologías nos han vendido que el oro, el dinero de Occidente durante siglos, sucumbió y fue desmonetizado de manera definitiva e irreversible hace unos 40 años.

Sin embargo, examinando un poco más de cerca la cuestión nos topamos con fenómenos llamativos. Si el oro era dinero hasta 1973 y dejó de serlo a partir de ese momento, deberíamos haber asistido nada más desaparecer Bretton Woods a un hundimiento de su demanda (dejó de utilizarse como dinero) y, por tanto, de su precio. ¿Qué sucedió en realidad? En unos pocos años su precio se multiplicó por 20, pasando de unos 35 dólares por onza a más de 700. Casualmente, pues, cuando el oro se desmonetizó y fue despojado gubernamentalmente de su cometido más, su precio estalló.

La cuestión a resolver es por qué estalló. Al fin y al cabo, cuando el precio de cualquier bien sube es o porque su cantidad disponible se reduce o porque esperamos que nos sea más útil ahora o en el futuro. ¿Cómo encaja aquí la explicación canónica de que el oro dejó de ser dinero cuando el Gobierno estadounidense así lo decidió? Pues de ninguna manera. El stock total de oro en aquel entonces rondaba las 100.000 toneladas y la demanda de oro estrictamente no monetaria (la industrial y una parte de la ornamental) es muy improbable que superara las 1.000 toneladas anuales en unos momentos en los que, además, la producción minera anual ya excedía las 1.200 toneladas. En otras palabras, el precio del oro se multiplicó por 20 cuando, de golpe y porrazo, el metal amarillo dejó de utilizarse como dinero y, por tanto, cuando afluyó en masa al mercado una oferta de oro equivalente a más de 100 años de demanda.

Es cierto que a partir de la década de los 80 y hasta 2001 el precio del oro fue lentamente cayendo de nuevo hasta 270 dólares la onza (aun así, ocho veces por encima del precio que poseía cuando se empleaba como dinero). Pero incluso en su sima de 2001, la demanda puramente de inversión del oro –omitiendo la ornamental que en gran parte también es demanda de inversión– superaba a la demanda industrial. ¿Cuál era el sentido económico de invertir tanto en oro? Si el metal amarillo no es dinero, toda la demanda de inversión tendría como única finalidad acumular aún más stocks de oro para satisfacer la demanda industrial de mañana; pero entonces, ¿cómo es posible que sistemáticamente durante 40 años la demanda de inversión supere a la industrial (actualmente, excluyendo la joyería, es seis veces mayor)?

Es más, si el oro ya tenía sobradamente cubierta su demanda industrial en los años 70 merced al stock acumulado durante centurias, ¿cómo es posible que la mitad de todo el oro que la humanidad ha producido a lo largo de toda la historia se haya extraído en los últimos 40 años? ¿A dónde se han dirigido esas 80.000 nuevas toneladas de metal amarillo que supuestamente sólo sirven para fabricar cuatro joyas, dientes de oro y conectores electrónicos? Al cabo, fíjense en la incoherente explicación que se nos ofrece: se ha extraído más oro en el pequeño paréntesis histórico en el que el metal amarillo no se ha utilizado como dinero que en los cientos de años en los que sí se empleó.

Mejor será buscar otra narración de los hechos más verosímil: el oro sigue siendo un activo monetario le pese a quien le pese (véase políticos y economistas serviles). Por supuesto no es dinero en el sentido de “medio de pago generalmente aceptado”, pero tampoco lo era durante Bretton Woods y nadie dudará de que entonces el oro sí era dinero.

Más bien, el oro es dinero en el sentido de que continúa siendo la reserva de valor última de cualquier sistema económico: si quiebran todos los bancos y todos los Estados, si somos invadidos y devastados por los bárbaros o si cae un meteorito que arrasa con la mitad de la población mundial, el oro –y en menor medida otros metales preciosos como la plata– será el único bien que nos habrá permitido conservar el valor de nuestro patrimonio y el único bien que podrá emplearse como medio de cambio generalmente –globalmente– aceptado.

Por eso mucha gente sigue acumulando una parte –variable según las circunstancias– de su capital en oro –para contar con un seguro contra catástrofes– y por eso sigue siendo dinero. Porque si el metal amarillo es capaz de desempeñar un papel tan esencial en medio de los mayores desastres imaginables no es por puro azar, sino porque sigue reuniendo las mejores características para ser dinero. Otra cuestión es que los Estados no quieran reconocérselo y estén obcecados en proseguir con una guerra aurofóbica de la que sólo saldremos todos empobrecidos.

De hecho, esta crisis es uno de los más claros ejemplos de qué sucede cuando bancos y gobiernos no están limitados por la disciplina que les impone el patrón oro (que no el patrón-divisa oro o Bretton Woods que fueron sendas perversiones inflacionistas del patrón oro clásico) y pueden manipular artificialmente el crédito. Es decir, de qué sucede cuando los gobiernos se empeñan en darse cabezazos contra la pared para impedir que el oro desempeñe el papel que el mercado natural y evolutivamente le ha otorgado.

FUENTE: JOHN DOE
http://mundoconmisojos.blogspot.com/

sábado, 13 de noviembre de 2010

Wikileaks registra en Islandia su primera compañía: Sunshine Press Productions

Sunshine Press Productions es la primera entidad jurídica conocida de la organización. Islandia se ha convertido en el país paraíso para la entrada de Wikileaks

La organización Wikileaks ha registrado en Islandia su primera entidad legal conocida. Este negocio, aún no tiene oficina y su actividad queda aún en interrogativa, según ha informado a AFP el portavoz del sitio web.

Ahora Wikileaks está estudiando la actividad que lleavará a cabo la empresa: quizás recaude fondos o bien recopilará información, según Kristinn Hrafnsson.

"Queremos tener en Wikileaks una presencia global y tener negocios en Islandia es parte del plan", ha dicho Hrafnsson, de la nueva entidad llamada Sunshine Press Productions.

"Hemos registrado Sunshine Press Productions como un negocio en Islandia... pero no tenemos una oficina ni actividad por el momento", ha añadido.

Esta compañía parece ser la primera en Wikileaks que se sabe con presencia legal en el país, aunque sus funcionaes en Internet es gracias a los servidores de Suecia.

"Queremos tener en Wikileaks una presencia global"

Según The New York Times, Islandia empezó a estudiar su legislación acerca de la libertad de información. El pasado junio, el parlamento de Islandia, votó unánimemente a favor de la "Icelandic Modern Media Initiative" (IMMI) -la Iniciativa Islandesa de Medios Modernos- una iniciativa desarrollada con la ayuda del fundador de Wikileaks, Julian Assange. Este paquete legislativo pretendía hacer del país un país abierto al periodismo internacional sin opción a bloqueos informativos, que protege tanto a los periodistas como a sus fuentes. Según el medio digital Nación Red , Islandia supone para Wikileaks un "paraíso".

Wikileaks fue la organización que desveló las mentiras de la guerra de Irak con 400.000 documentos secretos de EE.UU. ha confirmadoque su gente se encuentra bajo presión.

La semana pasada, Assange, anunció que estaba considerando la solicitud de asilo y basar su página web en una Suiza neutral.

http://www.publico.es/ciencias/346407/wikileaks-registra-en-islandia-su-primera-compania

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El Vaticano ordenó el asesinato de Juan Pablo II

El Vaticano ordenó el asesinato de Juan Pablo II: Ali Agca


El turco Mehmet Ali Agca, el hombre que disparó contra el Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro en mayo de 1981, afirmó que el propio Vaticano fue el que ordenó el asesinato, en una entrevista a la televisión turca TRT TV, difundida hoy.

"El gobierno del Vaticano fue el que decidió el asesinato”, afirmó el turco, en su primera entrevista a la prensa desde que fue puesto en libertad a principios de este años tras pasar 10 años preso en Turquía por la muerte de un periodista y 19 en Italia por el ataque al Papa.

Agca responsabilizó directamente al cardenal Agustino Casaroli, fallecido en 1998, y en ese entonces secretario del Estado Vaticano de haber planeado el magnicidio y de llevarlo acabo a través de otra persona, que lo contactó e identificó como el padre Michele.

“Hice prácticas para el ataque junto con el Padre Michele y otro agente del Vaticano. Me reuní varias veces con él e incluso fuimos a la Plaza de San Pedro para planear el atentado”, indicó.

El terrorista, quien en los últimos meses se ha proclamado como Mecías (hijo de Dios), dijo que por su misión recibió un pago de entre 40 mil y 50 mil dólares.

Recordó que durante la visita que el Papa le hizo en prisión 1983 y en la que lo perdonó, Juan Pablo II no le preguntó en ningún momento quién había estado detrás del ataque, aunque aseguró que estaba seguro que el pontífice “sabía perfectamente que el Vaticano estaba detrás”.

En su entrevista con la televisión turca, el terrorista aseguró que ni la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, ni la KGB (servicio secreto de la desaparecida Unión Soviética) estuvieron detrás del atentado, como se ha especulado desde el día del atentado.

Al momento de su arresto, después de que disparó contra el Papa en la Plaza de San Pedro, Agca afirmó que había actuado solo, sin embargo después indicó que había sido contratado por el servicio secreto búlgaro para llevar a cabo el ataque.

Detenido en flagrante delito, el terrorista turco fue sentenciado a cadena perpetua en julio de 1981 por disparar contra el Papa, aunque en 2000 fue indultado por el presidente italiano Carlo Azegli Ciampi y extraditado a Turquía, donde estuvo preso hasta enero.
daam

http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=543242

jueves, 4 de noviembre de 2010

La nature humaine est-elle immuable ?

Le livre « Le cercle des utopistes », écrit par notre camarade et ami Laurent Lansmans, compte bien démontrer que derrière les apparences démocratiques dont nous éblouit notre système se cachent de nombreux mécanismes de gouvernance cynique. Dans un monde où la fortune de 250 personnalités richissimes égale la richesse des 3 milliards d’humains les plus pauvres, où 30 000 personnes meurent de faim chaque jour alors que la production alimentaire mondiale pourrait nourrir 12 milliards d’individus, où les droits sociaux s’érodent même dans les pays les plus riches à cause de la politique d’usure que mène le système bancaire et qui n’en finit pas de pousser les États toujours plus près du gouffre financier, il va de soi que c’est le matérialisme le plus absolu qui règne et non la défense de valeurs telles que la justice ou la solidarité. Cette réalité suscite pourtant une indifférence scandaleuse au sein d’une population qui ne mesure pas l’étendue de son tort, car, comme l’a dit le philosophe des Lumières Jean-Jacques Rousseau, « Qui croit devoir fermer les yeux sur quelque chose se voit bientôt forcé de les fermer sur tout ».


En élaborant son ouvrage, l’auteur espérait que ses écrits sauraient lui inspirer des contacts avec plusieurs personnes qui auraient témoigné un certain intérêt vis-à-vis de ses opinions dans le but éventuel d’entreprendre des projets communs, espoir passablement refroidi par la difficulté de diffuser de tels textes. Toujours est-il que le « cercle des utopistes », en tant que groupe réunissant les personnages du livre qui élaborent une série de réflexions au fil des pages, résulte de ce désir initial, dont l’expression s’observe à travers le prisme de la fiction. Qui plus est, le lecteur remarquera que c’est souvent de manière désabusée que l’auteur considère comme idéalistes les attentes de ces « utopistes » ; le monde dans lequel nous vivons semble à ce point figé que la seule revendication du progrès dans son sens le plus abstrait paraît extraordinaire.

« Le cercle des utopistes » entend condenser une vaste somme d’informations en rapport avec les thèmes abordés, de sorte à rendre l’ouvrage le plus instructif possible et à appuyer au mieux les propos de l’auteur, lorsque ceux-ci ne sont pas purement philosophiques. Cependant, au vu des difficultés d’élaboration d’une vue d’ensemble que pourrait rencontrer le lecteur à cause de la longueur de l’œuvre, il sera sans doute utile d’en synthétiser les idées centrales. Je vous propose donc un aperçu de la plupart des constats importants dressés dans ce livre, tous chapitres confondus.

Synthèse :

Dans sa globalité, l’être humain est fondamentalement mauvais, perpétuellement obsédé par son propre intérêt.

Le schéma de pensée qui discerne des bouleversements majeurs dans l’essence même du fonctionnement des sociétés est fallacieux à plus d’un titre. Au-delà des avancées évidentes qui ont été réalisées au cours de l’existence de notre civilisation occidentale en termes de richesses matérielles, de libertés individuelles et de nombreuses autres choses notables, force est de constater que le fond de l’Histoire reste toujours le même ; en définitive, le respect témoigné à l’égard des valeurs change bien peu au fil des époques, car les comportements des peuples comme de l’élite, derrière les apparences, demeurent immuablement conduits par les intérêts.

Si des changements considérables accompagnent la transition du keynésianisme vers le néolibéralisme et le passage de la monarchie à la République, le progrès humain est moins flagrant que les nombreuses mutations des formes qui travestissent les mécanismes universels et éternels du mensonge et de la domination sont changeantes, tandis que l’intensité de ces mêmes mécanismes dépend de l’assiduité de leur usage, diminuant ou augmentant selon que l’on se situe en une période lors de laquelle la civilisation prend le dessus sur la barbarie ou non.

Par exemple, le système de gestion de l’Ancien régime était collectiviste parce que les représentants d’une majorité de la population, dans leur misère, ne pouvaient faire autre chose que de se grouper avec un certain nombre de leurs semblables pour survivre. Avec le développement du capitalisme et des acquis sociaux, une majorité d’individus qui bénéficiaient des effets de ces processus ont pu subvenir d’eux-mêmes à leur besoin et l’individualisme a été inauguré ; sans que l’individualisme soit pire que le collectivisme forcé, peut-on dire, au vu de ses conséquences, qu’il rend le commun des mortels moins médiocre et constitue ainsi un progrès fondamentalement louable à l’égard de leurs manières de se comporter ? Une réponse négative à cette question est probablement aussi certaine que les privilégiés d’hier l’étaient par la naissance alors que ceux d’aujourd’hui le sont par la fortune. De fait, les mêmes causes continuent d’avoir les mêmes effets ; chacun poursuit ses intérêts égoïstes par des moyens divers ; la puissance des rapports de domination entre classes sociales varie, mais demeure conséquente ; ceux qui constituent l’élite changent, mais l’obsession intéressée des dirigeants reste constante. Affirmer le contraire revient à jeter sur la réalité un voile de trouble tissé par ceux qui sont désireux de faire croire que leur modèle sociétal se démarque avec une noblesse radicale de tous les autres, dans le temps comme dans l’espace.

L’auteur établit en base de cette analyse l’affirmation de Nicolas Machiavel, grand théoricien politique, que « Les hommes sont méchants et disposés à faire usage de leur perversité toutes les fois qu’il en ont la libre occasion. Jamais les hommes ne font le bien que par nécessité ». Dans l’absolu, il est possible de se découvrir des intérêts dans le mal comme dans le bien, mais la plupart des individus localiseront précisément leurs attentes dans le mal ; au mieux ne feront-ils le bien que s’ils ont un profit personnel à en tirer, comme un sentiment confortable de supériorité par rapport à un assisté, et si leur action n’implique pas de compromettre un tant soit peu leurs possessions tant morales que physiques. Seules quelques rares personnes comprendront que les intérêts les plus sophistiqués s’obtiennent par les actes les plus détachés de l’égocentrisme primaire.

Dans ce contexte, la considération d’une opposition entre égoïsme et sacrifice serait ainsi plus judicieuse qu’une vision manichéenne. Par conséquent, nous pouvons en déduire que c’est moins l’ardeur humaniste la plus exaltée qui a amené et fait perdurer notre système démocratique que la nécessité, pour les tenants de l’autorité, de sophistiquer la gouvernance des États au travers de la mouvance des réalités.

Ainsi, lorsqu’une élite expérimentée donne l’impression de céder à telle revendication populaire sous la pression d’un mouvement de masse susceptible d’entamer son pouvoir, son lâché de lest est sciemment calculé pour que les éventuelles réformes accordées pèsent sur l’opinion publique davantage par leur apparence que par leur pertinence. La reconfiguration du pouvoir politico-économique se réalise alors en faveur de la meilleure stabilisation possible de la position de la classe dirigeante, et donc de la maximisation de son intérêt, quand bien même la population aurait-elle gagné de précieuses prérogatives en matière de liberté au terme de ses luttes. Par ailleurs, la reconfiguration, par les élites, de leurs intérêts à court terme en intérêts à long terme aide à éviter le recours à une violence qui impliquerait un trouble social relatif, non favorable à la stabilité de la société et guère plus à leur maintien au sommet du pouvoir.

Ce constat ne s’applique évidemment pas exclusivement à notre civilisation occidentale, mais à n’importe quelle société en général. À ce propos, il convient de préciser dès à présent l’aversion de l’auteur envers tous les prétendus critiques de l’Occident qui prennent le parti de systèmes ou États potentiellement antagonistes à l’égard de leur patrie, par frustration ou ridicule ambition de puissance. « Le cercle des utopistes » ne fait l’éloge d’aucune nation du globe ; si l’ouvrage cible le bloc euro-américain et lui adresse la grande majorité de ses analyses et critiques, il va de soi que la raison en est la place principale que tient l’environnement direct de l’auteur et de ses lecteurs comme sujet d’étude, et non une quelconque préférence implicite d’autres contrées, comme en atteste l’extrait suivant :

Extrait :

Lorsque la répression et les formes de despotisme qui s’avouent sans complexe règnent majoritairement sur le globe, les carences dont souffre notre société en termes, entre autres, de protection des droits de l’individu et de reconnaissance intellectuelle offrent tout de même un résultat moins déplaisant. Aussi suis-je fier de faire partie d’une civilisation qui bénéficie d’un nombre impressionnant de réussites à son actif, mais fermer les yeux sur les défauts qui lui sont intrinsèques par indifférence ou sous prétexte que son palmarès lui éviterait toute critique crédible serait une attitude scandaleuse qui consisterait à se complaire dans la passivité face à une situation qui ne demande qu’à être améliorée par des actions aussi efficaces que pertinentes, et cautionnerait les crimes ou défaillances auxquels pourraient mener ses défauts persistants. C’est pourquoi il convient de cerner les mécanismes par lesquels s’orchestrent les artifices des politiques passées, de sorte à être en mesure de perfectionner celles de notre époque et de prévoir celles du futur. [...] si nous sortons de la bulle de béatitude qu’entretient tant l’indifférence vis-à-vis des grandes mouvances de notre civilisation que le trop plein d’orgueil de ses exploits passés, plutôt que de ne pas oser nous en déloger de peur de trouver, à l’extérieur, les affres insoupçonnées d’un monde dont la réalité briserait nos illusions candides, la conscience de plusieurs dangers s’impose assurément à nous en nous frappant de plein fouet.

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Un autre point important qu’il faut noter est que l’absence d’évolution du caractère des individus à travers le temps et la persistance de leur médiocrité en tant que trait dominant n’empêche pas les sociétés de se sophistiquer, que ce soit en vertu du développement de processus sociaux émanant des attentes d’un certain nombre d’individus qui sont d’une telle importance que le cours de l’Histoire les amène à être finalement satisfaites, ou des actions, dont les effets sont souvent ralentis par la résistance des masses grossières et des dirigeants cupides, de quelques esprits brillants.

La direction naturelle de l’Histoire est donc celle du progrès ; or, en notre temps, la priorité qui est donnée à l’individualisme sur l’intérêt général, aux valeurs marchandes sur l’intelligence et les valeurs qui devraient primer dans une démocratie digne de ce nom, est clairement un déni des grandes conceptions démocratiques dont l’application réelle garantirait le progrès sociétal qui devrait être celui de notre ère. Tout comme le nazisme, phénomène barbare dégénéré, a échoué en raison de son intention d’effacer brutalement de nombreuses avancées en matière de civilisation qui avaient été réalisées avant son avènement, la société marchande risque de choir en raison de la régression qui la caractérise par rapport à la grandeur de ce qui a pu être appréhendé de meilleur en notre époque. Il reste à savoir si cette chute se concrétisera de manière brutale et au niveau mondial, ce qui est probable ; bien que, dans un premier temps, les États du monde puissent se rejoindre sur des bases médiocres qui leur conviennent et soutenir ainsi dans le domaine politique l’uniformisation économique déjà presque réalisée, les fruits qui ne doivent pas être cueillis sont destinés à pourrir.

Le conformisme et le conditionnement des esprits, de Milgram jusqu’à la société de consommation.

La bêtise naturelle de certains citoyens, malheureusement nombreux, qui les incite à vivre dans la plus grande indifférence à l’égard des problématiques collectives, de l’intérêt général et des manipulations élaborées par l’élite dirigeante, ne suffit pas à contenter cette dernière, désireuse de renforcer et de façonner une autre tendance naturelle des masses : le conformisme. Celui-ci, qu’il relève ou non d’une teneur politique, contribue assurément à rendre les esprits plus maniables en les uniformisant.

D’importants relais de la parole de l’élite, des médias à l’enseignement, contribuent ainsi à conditionner les individus, des plus simples aux plus intelligents, afin qu’ils réfléchissent selon des raisonnements rigides, et éventuellement préalablement programmés par quelques-uns pour soutenir leurs vues de pouvoir. L’efficacité de ce résultat s’approche de celui de la modélisation des mœurs, dont la nature est influencée dans une optique bien déterminée par, entre autres, ce qu’impliquent notre modèle économique sur le plan de l’individualisme et une culture populaire dégénérescente ; le pouvoir doit s’assurer au maximum la supervision de la manière qu’a chacun de penser et de se comporter. Dans l’intérêt de la pérennité de ceux qui tiennent ce même pouvoir, il se trouve qu’il leur est préférable que les individus acceptent une condition d’automates déshumanisés rivés sur les tâches pour lesquelles ils ont été spécialisés plutôt que de régner sur une multitude d’êtres humains dignes de ce nom et libres d’esprit.

Extrait :

[...] C’est pourtant la conduite aveugle de principes étiquetés comme seuls valables qui prévaut, et ceux qui se targuent d’être les parfaits produits du système achètent compulsivement tout ce qui est à leur portée et pourrait leur permettre de « profiter au maximum de la vie tant qu’il en est encore temps », dans le but de réaliser le parangon qu’ils ont érigé en modèle de vertu. L’angoisse du néant qu’il y aurait après la mort (pour peu qu’ils se soient jamais posé ce genre de question existentielle) ne fait que renforcer cette envie de fuir en avant et de trouver des échappatoires à l’absence de réponses dans les plaisirs les plus divers.

Cela renforce la propension naturelle d’une majorité de la population, incapable d’envisager quoi que ce soit de plus évolué que ce qui est absolument tangible et visible, à cultiver une grande proximité avec le côté animal, primitif et instinctif du genre humain. Le domaine du matériel finit par être la seule dimension d’existence de l’individu, ce qui implique précisément qu’il adopte toutes sortes de comportements aussi grossiers que le niveau de sophistication de ce qui est matériel. La société de consommation contribue donc fortement à déconnecter l’homme de ses facultés spirituelles et à le pousser vers un égoïsme et une médiocrité toujours plus patents. L’inconscient collectif empoisonné par les valeurs inversées d’aujourd’hui peut alors conduire dès le plus jeune âge des gens intelligents et de bonne foi à un mode de vie qui ne correspond pas à leurs aspirations naturelles, ou les rendre malheureux parce que le système n’a pas de place appropriée à leur proposer. [...] Il est clair que le gâchis de génie et d’imagination qui pourraient contribuer à améliorer l’ordre actuel des choses est énorme.

Mecanopolis

Le livre « Le cercle des utopistes » peut être commandé chez Edilivre

L’auteur, Laurent Lansmans, a également ouvert une page Facebook

Laurent Lansmans

Notes :

[1] : Source : « L’histoire pour tous »

http://www.mecanopolis.org/?p=20243

martes, 2 de noviembre de 2010

Alain Gossens murió en circunstancias muy preocupantes. Investigaba las redes de pedofilia y los servicios secretos

El periodista Alain Gossens murió en julio pasado en circunstancias muy preocupantes. Investigaba las redes de pedofilia y los servicios secretos.
Era un periodista de investigación experto en el área judicial, sobre todo en casos de redes de pedofilia que sacudió a Bélgica.

Mientras no hay una traducción al español, que no se hará...recomiendo la lectura de unos de sus últimos trabajos en francés:

Manipulations, Réseaux pédophiles et Services-secrets
Par Alain Gossens