martes, 26 de abril de 2011

Los abusos de Guantánamo, al descubierto

759 informes secretos destapan las vejaciones de Guantánamo. -Los documentos revelan que el principal propósito de la prisión era "explotar" toda la información de los reclusos a pesar de la reconocida inocencia de muchos de ellos. -El 60% fue conducido a la base militar sin ser una amenaza "probable"

TABLA: Evaluación de EE UU a los presos de Guantánamo

Guantánamo creó un sistema policial y penal sin garantías en el que solo importaban dos cuestiones: cuánta información se obtendría de los presos, aunque fueran inocentes, y si podían ser peligrosos en el futuro. Ancianos con demencia senil, adolescentes, enfermos psiquiátricos graves y maestros de escuela o granjeros sin ningún vínculo con la yihadfueron conducidos al presidio y mezclados con verdaderos terroristas como los responsables del 11-S. EL PAÍS ha tenido acceso, junto con otros medios internacionales y a través de Wikileaks, a las fichas militares secretas de 759 de los 779 presos que han pasado por la prisión, de los cuales unos 170 siguen recluidos. Las tripas de la cárcel quedan recogidas en 4.759 folios firmados por los más altos mandos de la Fuerza Conjunta de la base y dirigidas al Comando Sur del Departamento de Defensa en Miami. La radiografía de una prisión creada por George W. Bush en 2002 al margen de las leyesnacionales e internacionales llega en un mal momento para el presidente, Barack Obama.Cerrar el penal fue su primera promesa tras asumir el cargo en enero de 2009. El anuncio, hace un mes, de que reanudaría los juicios en las comisiones militares fue el reconocimiento de su fracaso.

Los informes, fechados entre 2002 y 2009, que en la mayoría de los casos tienen como finalidad recomendar si el preso debe continuar en el penal, ser liberado o trasladado a otro país, documentan por primera vez cómo valoraba EE UU a cada uno de los internos y lo que sabían de ellos. Revelan un sistema basado en delaciones de otros internos, sin normas claras, basado en sospechas y conjeturas, que no necesita pruebas para mantener a una persona encarcelada largo tiempo -143 personas lo han estado más de nueve años- y que establece tres niveles de riesgo que se definen con apenas una frase. El más alto solo implica que la persona "probablemente" supone "una amenaza para EE UU, sus intereses y aliados"; el medio, que "quizá" lo suponga; y el bajo, nivel en el que aparecen catalogados presos que han estado ocho y nueve años en la prisión, que es "improbable" que sea un riesgo para la seguridad del país.

Hay casos, según revelan los informes secretos, en los que ni siquiera el Gobierno de EE UU sabe los motivos por los que alguien fue trasladado a Guantánamo, y otros en los que ha concluido que el detenido no suponía peligro alguno: un anciano de 89 años con demencia senil y depresión que vivía en un complejo residencial en el que apareció un teléfono por satélite; un padre que iba a buscar a su hijo al frente talibán; un mercader que viajaba sin documentación; un hombre que hacía autostop para comprar medicinas.

EE UU determinó que 83 presos no suponían ningún riesgo para la seguridad de la nación, y de otros 77 se reconoce que es "improbable" que sean una amenaza para el país o sus aliados. El 20% de los presos fue conducido al penal de forma arbitraria según las propias valoraciones de los militares estadounidenses. Si a ese dato se añade el de aquellos que solo "quizá pudieran entrañar un peligro, 274 en total, se concluye que EE UU no ha creído seriamente en la culpabilidad o amenaza de casi el 60% de sus prisioneros. Se encarcelaba a los presos fundamentalmente para "explotarlos", según su propia terminología; por si sabían algo que pudiera ser útil.

Guantánamo es una cárcel, pero la prioridad no es imponer sanciones por delitos cometidos. Solo siete presos han sido juzgados y condenados hasta el momento: seis en las comisiones militares de la base y uno en un tribunal civil de Nueva York. Lo que se pretende fundamentalmente, según muestran los informes, es obtener información a través de los interrogatorios. Uno de los dos parámetros que se maneja para decidir si se puede liberar o no a un preso es precisamente su "valor de inteligencia", según la terminología empleada en las fichas secretas.

La prisión funciona como una inmensa comisaría de policía sin límite de estancia y en la que la duración del castigo no es proporcional al supuesto hecho cometido. Las fichas secretas muestran a unos reclusos tratados como presuntos culpables que deben demostrar no solo su inocencia sino su falta de conocimiento sobre Al Qaeda y los talibanes para obtener la libertad. El único delito que las autoridades adjudican a algunos de ellos ha sido tener un primo, amigo o hermano relacionado con la yihad; o vivir en un pueblo en el que ha habido ataques importantes de los talibanes; o viajar por rutas usadas por los terroristas y, por lo tanto, conocerlas bien.

A pesar de su empeño en obtener información en la lucha contra el terrorismo, nueve años y tres meses después de la apertura de Guantánamo los informes secretos revelan que solo el 22% de los presos ha presentado un nivel de interés alto para los servicios de inteligencia de EE UU. En el 78% restante, el valor informativo de los presos era medio o bajo, según reconocen los propios militares.

Los detenidos vieron las caras de muchos interrogadores: militares, agentes de la CIA y policías de sus propios países que desfilaron en secreto por sus celdas, entre ellos españoles, y les tomaron declaración esposados y encadenados por una argolla al suelo. La actividad en los campos de entrenamiento terrorista en Afganistán, los experimentos con explosivos, la fijación de los yihadistas por conseguir la denominada "bomba sucia", el trato y cercanía a Osama Bin Laden, Al Zahawiri o el mulá Mohamed Omar eran objetivos prioritarios. Un reloj Casio F91W en la muñeca de un preso se consideraba prueba suficiente de que había recibido formación de explosivos.

Los documentos revelan nuevos detalles sobre los 16 detenidos de alta seguridad relacionados con los atentados del 11-S. El cerebro de la masacre, Khalid Sheikh Mohammed, ordenó en 2002 a otro preso del penal un ataque suicida contra el entonces presidente de Pakistán, Pervez Musharraf. En realidad se trataba solamente de una prueba de su disposición a "morir por la causa".

Los expedientes no especifican qué métodos se usan para obtener la información en el penal. La palabra tortura apenas aparece en los casi ochocientos documentos. Sin embargo, lo que sí aparece son las delaciones que la mayoría de ellos arrojan sobre sus antiguos compañeros de lucha y que se suman por cientos. En cada expediente suele haber un apartado bajo el epígrafe "Razones para continuar la detención". Si el propio recluso no admite haber jurado lealtad a Bin Laden o haber luchado contra Estados Unidos en las montañas de Tora Bora, son sus propios compañeros quienes aparecen con nombres y apellidos delatándole o identificándole. La lista de delatores va desde la jerarquía más alta a la más baja de los extremistas.

Pero en ningún momento se informa de en qué circunstancias los presos han admitido su supuesta culpa o incriminado a otros. A veces, un preso declara sufrir tortura, pero el propio redactor del informe se encarga de afirmar que esa declaración no tiene ninguna credibilidad. A algunos, sin embargo, no había manera de arrancarles información. "Estoy preparado para estar en Guantánamo 100 años si es necesario, pero no revelaré información", espetó el kuwaití Khalid Abdullah Mishal al Mutairi a sus interrogadores.

Los informes son textos fríos, de prosa funcionarial. Apenas se detienen en cuestiones personales como los intentos de suicidio, el estado de salud o las huelgas de hambre y, en el caso del rosario de presos con enfermedades psiquiátricas, uno de los rostros más retorcidos de Guantánamo, se limitan a constatar si, a pesar de su trastorno (acompañado muchas veces de múltiples intentos de quitarse la vida), puede ser útil seguir haciéndoles preguntas.

Al afgano Kudai Dat, diagnosticado de esquizofrenia, trataron infructuosamente de hacerle un interrogatorio final a pesar de que había sido hospitalizado con síntomas agudos de psicosis. Cuando mejoró lo llevaron ante el polígrafo, provocando de nuevo alucinaciones en el enfermo, según un informe psiquiátrico de la prisión. Su pronóstico a largo plazo era "pobre". Pero, a pesar de la ficha médica, la autoridad militar aseguraba que fingía los ataques de nervios y se recomendó mantenerlo en la base. Pasó cuatro años encerrado.

Los documentos son extremadamente protocolarios, pero por debajo del lenguaje administrativo se vislumbran informaciones que aportan un retrato de las condiciones de vida en el presidio. Cuando se habla de la conducta del detenido, por un lado se registran las infracciones disciplinarias y por otro las agresiones. Cualquier incidente se hace constar sin apenas detalles: "Inapropiado uso de los fluidos corporales, comunicaciones desautorizadas, daño sobre las propiedades del Gobierno, incitar y participar en disturbios de masa, intento de ataques, ataques, palabras y gestos provocativos, posesión de comida y contrabando de objetos que no son armas..."

Todo se contabiliza y registra. Pero tan solo se aporta información concreta sobre el último incidente disciplinario. Y es ahí, precisamente, en ese pasaje fugaz de apenas un renglón, donde aparecen destellos de la dura vida en Guantánamo: la mayoría de los presos han lanzado orina y heces a los vigilantes. Nunca se especifica cuál es el castigo que sufren por esas acciones ni en qué contexto se perpetraron. Otros reclusos han sido expedientados por cubrir la ventilación de su celda con papel higiénico, devolver un libro a la biblioteca subrayado o con marcas, rechazar la comida o negarse a salir de la ducha.

Las fichas ofrecen además una breve biografía de casi todos los hombres que han pasado por las celdas de Guantánamo. La gama de motivos que les llevaron a participar en layihad o a tener vínculos con redes islamistas es muy variada: abarca desde el saudí que se comprometió con la causa tras ver un vídeo donde se mostraban las tropelías que los rusos cometieron contra los musulmanes en Chechenia pasando por el francés que viajó a Afganistán para continuar sus estudios del Islam y vivir en un Estado puramente islámico hasta el saudí que, deseoso de encontrar una esposa, entró en un campo de entrenamiento con la esperanza de adelgazar. "En el verano de 2001, un hombre sugirió al detenido viajar a Afganistán para cumplir con sus obligaciones religiosas durante dos meses. El régimen de entrenamiento físico le brindaría también la oportunidad de perder peso", asegura la ficha de Abdul Rahman Mohammed Hussain Khowlan.

De la documentación no solo se extraen conclusiones sobre la motivación que llevó a tantos hombres a Kabul, Kandahar o a las montañas de Tora Bora. También es posible dibujar un perfil con los puntos en común de la mayoría. Da igual que tuvieran nacionalidad de algún país europeo, argelina, yemení o filipina.

Antes de entrar en la prisión estadounidense, muchos viajaron constantemente a través del mundo árabe-musulmán. Abundan los relatos de hombres que cruzan la frontera de Pakistán a Afganistán a pie o que se citan con otros activistas en una mezquita de la ciudad paquistaní de Lahore. Las fichas explican también cómo los islamistas se apoyan entre sí a través de una red de puntos de encuentro -seis de los siete franceses detenidos pasaron por una casa de huéspedes, a la que denominan "de los argelinos", en la ciudad afgana de Jalalabad-, del dinero que les proporcionan miembros de la red -los documentos mencionan que muchos detenidos son arrestados con 10.000 dólares, la cantidad típica que Al Qaeda entrega a sus activistas-, o de organizaciones de caridad como Al Wafa que, según las autoridades de EE UU, contribuyen a financiar las actividades terroristas.

Pero en muchas ocasiones el hecho de viajar por la zona se convierte en una actitud sospechosa que envía sin más al penal a decenas de personas. En una nota de apenas dos páginas se relata el paso de Imad Achab Kanouni por Alemania, Albania, Pakistán y Afganistán. En el apartado de razones para justificar su estancia en Guantánamo, se le acusa de no haber podido explicar las condiciones de su viaje a Afganistán. No hay ni una sola prueba que le incrimine. A pesar de ello, el general Geoffrey Miller -responsable también de la prisión iraquí de Abu Ghraib- recomienda su permanencia en la prisión.

Los informes también afectan a España; a Hamed Abderramán, el denominado talibán ceutí, condenado por la Audiencia Nacional y luego absuelto por el Tribunal Supremo al inhabilitar las pruebas obtenidas sin ninguna garantía por policías españoles en el penal; y a Lachen Ikasrrien, un marroquí residente en España que corrió la misma suerte judicial que Hamed y que se negó durante cinco años de presidio a reconocer vínculos con Al Qaeda.

Los tres presos acogidos por España en 2010, un palestino, un yemení y un afgano, son una pequeña muestra de las patologías del penal. Uno es un enfermo mental con problemas graves al que mantuvieron durante años encarcelado y sometido a interrogatorios; otro, que estuvo a las órdenes de Bin Laden en Tora Bora, se prestó a colaborar con EE UU; y al tercero, contra el que no llegó a haber nunca pruebas fehacientes, lo califican de problemático. Es, sin embargo, el único que por el momento ha logrado hacer una vida relativamente normal en nuestro país.

El Pentágono ha redactado un comunicado en el que lamenta la publicación de los documentos secretos por su carácter sensible para la seguridad de EE UU.

EL PAÍS continuará desarrollando las cuestiones más destacadas de los informes secretos del Departamento de Defensa sobre Guantánamo.

lunes, 25 de abril de 2011

The Guantanamo Files. Wikileaks saca a luz expedientes secretos de todos los prisioneros en Guantánamo

En la nueva revelación de documentos clasificados de Estados Unidos, Wikileaks saca a luz la verdad del evidente ícono de la Administración de Bush y su "Guerra contra el terror" -- la prisión en la bahía de Guantánamo, Cuba, que abrió sus puertas el 11 de Enero de 2002 y que hoy permanece aún abierta, en la Administración del Presidente Obama, a pesar de las fallidas promesas de cerrar tan criticado lugar en el primer año de su gobierno.

En miles de páginas de documentos que abarcan desde el año 2002 al 2008, nunca antes vistos por los medios y el público en general, los casos de la mayoría de los prisioneros detenidos en Guantánamo - 758 de un total de 779 - son descritos en detalle en los memorandos que Fuerza de Tarea Conjunta en la Bahía de Guantánamo ( JTF-GTMO por sus siglas en inglés) enviara al Comado Sur de los Estados Unidos, en Miami, Florida.

Estos memorandos, que contienen las recomendaciones de la JTF-GTMO sobre circunstancias como si los prisioneros en cuestión debían continuar detenidos o podían ser liberados (más bien transferidos hacia sus países de origen o a otros gobiernos) aportan cuantiosa y crucial información, nunca antes revelada al público, por ejemplo, evaluaciones de la salud de los prisioneros y en el caso de la mayoría de los 171 prisioneros que aún permanecen detenidos, aportan fotografías (que en su mayoría salen a la luz por primera vez).

Los documents también aportan información de los 201 prisoneros que salieron de Guantánamo entre 2002 y 2004, la cual, a diferencia de la información de los demás prisioneros (resúmenes de la evidencia y transcripciones de los tribunales, que se harían públicos como resultado de la solicitud judicial interpuesta por distintas agrupaciones de periodistas en 2006), nunca antes se ha hecho pública.

La mayoría de los documentos revelan deplorables niveles de incompentencia bastante familiares para los expertos que han estudiado a la prisión de Guantánamo con detenimiento. Allí, hombres inocentes están detenidos por error (o como consecuencia de las jugosas recompensas ofrecidas por Estados Unidos a los aliados a cambio de sospechosos que puedieran pertenecer a al-Qaeda o a los talibanes). También permanecen allí numerosos soldados de rango militar insignificante, reclutados forzosamente por los talibanes en Afganistán y Pakistán.

Más allá de los casos que no se conocían con anterioridad, los documentos también sacan a luz las historias de otros 397 prisioneros que salieron de Guantánamo desde Septiembre de 2004 hasta el día de hoy y de siete hombres que murieron en prisión.

Los memos aparecen firmados por el Comandante de Guantánamo y califican a los prisioneros en cuestión como de bajo, mediano o alto riesgo. Aunque dicha clasificación no es concluyente sobre si un prisionero debía ser trasladado hacia otra ubicación, ya que las decisiones de taslado se tomaban en un nivel de comando más alto, representan no solo las opiniones de la JTF-GTMO sino también de la Fuerza de Tarea de Investigación Criminal, creada por el Departamento de Defensa para conducir las interrogaciones de la “Guerra contra el Terror” y también de los BSCTs, los equipos científicos de comportamiento humano conformados por psicólogos, que tenían la última palabra para determinar el abuso al que los prisioneros eran sometidos al ser interrogados.

Es crucial mencionar que los documentos también aportan información detallada de la inteligencia usada para justificar la detención de los prisioneros. Para muchos lectores esta será la sección más fascinante de los documentos, ya que ofrece una visión extraordinaria de la labor de inteligencia de los Estados Unidos, pero hay que advertir que aunque muchos de los documentos claman y prometen prueba de la asociación de los prisioneros con al-Qaeda u otras organizaciones terroristas, se requiere extrema cautela al analizarlos.

Los documentos aportan las aseveraciones de testigos - en la mayoría de casos, de los mismos compañeros de prisión - cuyas declaraciones son poco confiables, o bien por haber sido obtenidas por medio de métodos de tortura u otras formas de coerción (algunas veces no en la propia Guantánamo, sino que en diversas prisiones secretas manejadas por la CIA) o porque aportan testimonios falsos para tratar de asegurar un mejor tratamiento en Guantánamo.

Aparecen de forma regular en todos los documentos una serie de testigos cuyas palabras deben considerarse “poco fiables”, incluyen los siguientes detenidos de “alto valor” o prisioneros fantasmas.

Por favor note que el ISN y el número entre paréntesis que sigue los nombres de los prisioneros se refiere a la abreviatura del Número Serial de Reclusión por medio del cual los prisioneros son identificados mientras se encuentran en custodia de las autoridades de los Estados Unidos en conflictos armados.

Abu Zubaydah (ISN 10016), el supuesto detenido de “alto valor” secuestrado en Pakistán en Marzo de 2002, quien pasó cuatro años y medio detenido en prisiones secretas de la CIA, incluyendo facilidades ubicadas en Tailandia y Polonia. Abu Zubaydah fue sometido a la técnica de tortura conocida como “submarino” (“waterboarding” en inglés), una forma controlada de asfixia por ahogamiento, en 83 distintas ocasiones mientras se encontraba bajo la custodia de la CIA en Agosto de 2002. Abu Zubaydah fue trasladado a Guantánamo junto con otros 13 detenidos de “alto valor” en Septiembre de 2006.

A Ibn al-Shaykh al-Libi (ISN 212), el emir de un campo de entrenamiento militar del cual Abu Zubaydahera el portero, y quien, a pesar de que su campo de entrenamiento fuera cerrado por los talibanes en el año 2000, al rechazar que éste fuera tomado por al-Qaeda, lo describen los documentos como un comandante militar de Osama bin Laden en Tora Bora.

Inmediatamente después de su captura en Diciembre de 2001, al-Libi fue entregado por la CIA a Egypto, donde. luego de ser sometido a tortura, confesó falsamente que efectivos de al-Qaeda habían sostenido reuniones y discusiones con Saddam Hussein para obtener armas químicas y armas biológicas. Aunque Al-Libi se retractó de dicha mentira, fue esa información falsa la que usara la Administración Bush para justificar la invasión a Irak en Marzo de 2003. Al-Libi nunca fue enviado a Guantánamo, aunque en algún momento, probablemente en 2006, la CIA lo envió de vuelta Libia,donde fue encarcelado y donde murió, a causa de un aparente suicidio, en Mayo de 2009.

Sharqawi Abdu Ali al-Hajj (ISN 1457), un ciudadano yemení, también conocido como Riyadh “El Facilitador”, quien fue capturado en una redada domiciliaria en Pakistán, en Febrero de 2002, y lo describen como “un facilitador de al-Qaeda”. Después de su captura fue transferido a una prisión para tortura que el Estado de Jordania opera para la CIA, donde permaneció cerca de dos años, para luego permanecer detenido en facilidades estadounidenses en Afganistán. Lo enviaron hacia Guantánamo en Septiembre de 2004.

Sanad Yislam al-Kazimi (ISN 1453), un yemení, quien fue secuestrado en los Emiratos Árabes Unidos en Enero de 2003 y después retenido en tres distintas prisiones secretas, que incluyen la “Prisión Oscura” cerca de Kabul y otra prisión dentro de las facilidades de la Base Aérea de Bagram. En Febrero de 2010, el Juez Henry H. Kennedy Jr. de la Corte Distrital de Washington D.C. concedió la petición de habeas corpus del prisionero yemení Uthman Abdul Rahim Mohammed Uthman, en gran parte por su rechazo a aceptar el testimonio ofrecido por Sharqawi al-Hajj o Sanad al-Kazimi. El Juez se expresó así: "La Corte no fallará basándose en los testimonios de Hajj or Kazimi porque existe evidencia irrefutable que consta en autos, que en el momento en el que declararon, al ser interrogados, ambos hombres habían sido torturados”.

Otros incluyen a Ahmed Khalfan Ghailani (ISN 10012) y Walid bin Attash (ISN 10014), dos de los detenidos de “alto valor” transferidos a Guantánamo en Septiembre de 2006, después de haber permanecido cautivos en prisiones secretas de la CIA.

(Andy Worthington) [translation by Wikileaks]

The Washington Post
The McClatchy Company
El País
The Telegraph
Der Spiegel
Le Monde
Aftonbladet
La Repubblica
L'Espresso
Andy Worthington


http://wikileaks.ch/gitmo/Wikileaks_saca_a_luz_expedientes_secretos_de_todos_los_prisioneros_en_Guantanamo.html

lunes, 18 de abril de 2011

Sociedades secretas Lo que Usted ignora sobre el Grupo de Bilderberg

por Thierry Meyssan*

La idea de que el Grupo de Bilderberg es un embrión de gobierno mundial ha venido extendiéndose desde hace años. Por haber tenido acceso a los archivos de ese club tan secreto, Thierry Meyssan señala que esa imagen es una pista falsa destinada a enmascarar la verdadera identidad y la real función del Grupo: el Bilderberg es una creación de la OTAN. Su objetivo es convencer a los líderes y manipular a través de ellos a la opinión pública para llevarla a aceptar los conceptos y acciones de la alianza atlántica.

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Primera reunión del Grupo en el hotel Bilderberg (1954)

Desde 1954, un centenar de eminentes personalidades de Europa Occidental y de Norteamérica se reúnen anualmente –a puertas cerradas y bajo condiciones de estrecha protección– en el seno del Grupo de Bilderberg. La reunión dura 3 días y nada se publica sobre los temas tratados.

Después de la desaparición de la Unión Soviética, algunos periodistas comenzaron a interesarse por el Grupo de Bilderberg. Varios autores han visto en él el embrión de un gobierno mundial y de las principales decisiones políticas, culturales, económicas y militares de la segunda mitad del siglo XX, una interpretación que Fidel Castro ha retomado. Nada permite, sin embargo, confirmarla o desmentirla (ver artículo al respecto sobre el Nuevo Orden Mundial para tener una idea de lo que esto implica).

En aras de saber lo que realmente es y lo que no puede ser el Grupo de Bilderberg, me di a la tarea de buscar documentos y testigos. Tuve acceso a todos sus archivos correspondientes al periodo que va desde 1954 hasta 1966 y a muchos documentos posteriores y he podido conversar con uno de sus antiguos invitados, a quien conozco desde hace mucho tiempo. Ningún periodista, ni ciertamente los exitosos autores que han popularizado los actuales clichés, ha tenido acceso a tantos documentos internos del Grupo de Bilberberg.

He aquí lo que he logrado descubrir y comprender.

La primera reunión

Setenta personalidades provenientes de 12 países participan en 1954 en la primera reunión del Grupo, un seminario de 3 días, del 29 al 31 de mayo, que se desarrolla cerca de Arnhem, en los Países Bajos. Los invitados se reparten entre dos hoteles cercanos pero los debates se desarrollan en el establecimiento principal con cuyo nombre se conocerá el Grupo.

Las invitaciones, que llevan el membrete del Palacio de Soestdijk [Una de las cuatro residencias oficiales de familia real de los Paises Bajos. Nota del Traductor.], resultan bastante oscuras: «Apreciaría muchísimo su presencia en el congreso internacional, sin carácter oficial, que tendrá lugar en los Países Bajos a finales del mes de mayo. Este congreso desea estudiar cierto número de cuestiones de gran importancia para la civilización occidental y tiene como objetivo estimular el goodwill [en español, “buena voluntad”] y el entendimiento recíproco gracias al libre intercambio de puntos de vista». Las invitaciones llevan la firma del príncipe consorte de los Países Bajos, Bernhard zur Lippe-Biesterfeld, y van acompañadas de varias páginas informativas de índole administrativa sobre el transporte y el alojamiento. Lo más que permiten saber es que habrá delegados de Estados Unidos y de 11 Estados de Europa Occidental y que se realizarán 6 sesiones de trabajo de 3 horas cada una.

Dado el pasado nazi del príncipe Bernhard, quien fue miembro de la caballería SS hasta su matrimonio, en 1937, con la princesa Juliana, y el contexto del mccarthysmo de aquella época, resulta evidente que las «cuestiones de gran importancia para la civilización occidental» tienen que ver con la lucha contra el comunismo.

Ya en el lugar del encuentro, los dos presidentes de la reunión –el empresario estadounidense John S. Coleman y el ministro saliente de Relaciones Exteriores de Bélgica Paul van Zeeland– mitigan la impresión de los invitados. Coleman es un militante del libre mercado mientras que el ministro Van Zeeland es un partidario de la Comunidad Europea de Defensa (CED) [1]. Finalmente, los participantes verán, en un extremo de la tribuna, a Joseph Retinger, la eminencia gris de los británicos. Todo ello parece indicar que las monarquías holandesa y británica apadrinaron la realización de la reunión en apoyo a la Comunidad Europea de Defensa y al modelo económico del capitalismo de libre mercado en oposición al antiamericanismo que promueven comunistas y gaullistas.

Las apariencias, sin embargo, son engañosas. No se trata de hacer campaña a favor de la CED, sino de movilizar a las élites a favor de la guerra fría.

La personalidad escogida para convocar a los invitados fue Su Alteza Real el príncipe Bernhard porque su condición de príncipe consorte le confiere un carácter estatal, sin ser por ello oficial.
Tras él se esconde el verdadero promotor del encuentro: una organización intergubernamental interesada en manipular a los gobiernos de algunos de los Estados que la conforman.

Por aquel entonces, John S. Coleman no se ha convertido aún en presidente de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, pero acaba de crear el Comité de Ciudadanos por una Política Nacional de Comercio (Citizen’s Committee for a National Trade Policy, CCNTP). Afirma que la libertad de comercio absoluta, o sea la renuncia a todos los derechos de aduana, permitirá a los aliados de Estados Unidos acrecentar sus propias riquezas y financiar la Comunidad Europea de Defensa, léase emprender el rearme de Alemania e integrar su potencial militar a la OTAN.

Los documentos que obran en nuestro poder demuestran, sin embargo, que el CCNTP lo único que tiene de “ciudadano” es el nombre. Se trata en realidad de una iniciativa de Charles D. Jackson, el consejero de la Casa Blanca a cargo de la guerra sicológica. A la cabeza de la operación se encuentra William J. Donovan, el ex jefe de la OSS (el servicio de inteligencia estadounidense creado durante la Segunda Guerra Mundial), ahora encargado de crear la rama estadounidense del nuevo servicio secreto de la OTAN, el Gladio [2].

Paul van Zeeland no sólo es el promotor de la Comunidad Europea de Defensa. Es además un político de mucha experiencia. Al término de la ocupación nazi presidió la Liga Independiente de Cooperación Europea (LICE) que tenía como objetivo la creación de una unión aduanera y monetaria, organización que fue instaurada por el ya mencionado Joseph Retinger.

El propio Retinger, quien funge como secretario en el encuentro de Bilderberg, sirvió durante la guerra en los servicios secretos ingleses (SOE) del general Colin Gubbins. En el Reino Unido, Retinger, un aventurero polaco, fue consejero del gobierno de Sikorski en el exilio. En Londres, protagonizó el microcosmo de los gobiernos creados en el exilio, lo cual le proporcionó múltiples contactos en la Europa liberada del fascismo.

Su amigo Sir Gubbins abandonó oficialmente los servicios secretos británicos y el SOE fue disuelto. Dirige entonces una pequeña empresa de tapices y productos textiles que le sirve de «pantalla». En realidad, Gubbins está a cargo de la creación de la rama inglesa del Gladio. Después de haber participado en todas las reuniones preparatorias del congreso de Bilderberg, se encuentra entre los invitados, sentado al lado de Charles D. Jackson.

Los participantes ignoran que son en definitiva los servicios secretos de la OTAN quienes realmente dan origen al encuentro de Bilderberg. El príncipe Bernhard, Coleman y Van Zeeland sirven de fachada.

Aunque periodistas imaginativos hayan creído encontrar en el grupo de Bilderberg la voluntad de crear un gobierno mundial oculto, este club de personalidades influyentes no es más que una herramienta de cabildeo que la OTAN utiliza para promocionar sus propios intereses. Esto es mucho más serio y mucho más peligroso ya que es la OTAN la que ambiciona convertirse en un gobierno mundial oculto capaz de perpetuar el statu quo internacional y la influencia de Estados Unidos.

Además, en las siguientes reuniones la seguridad del Grupo de Bilderberg no estará en manos de la policía del país donde se organiza el encuentro sino que será cuestión de los soldados de la OTAN.

Entre los 10 oradores inscritos se destacan dos ex primeros ministros –el francés Guy Mollet y el italiano Alcide de Gasperi–, tres responsables del Plan Marshall, el halcón de la guerra fría Paul H. Nitze y, sobre todo, un poderosísimo financiero, David Rockefeller.

Según los documentos preparatorios, una veintena de participantes están al tanto del secreto. Conocen más o menos en detalle quiénes son los que realmente manejan el show y han redactado de antemano sus intervenciones. Hasta los menores detalles están previstos y no se deja ni el más mínimo espacio a la improvisación. Por su parte, los demás participantes, unos cincuenta, ignoran por completo lo que se está tramando. Han sido escogidos para que ejerzan su influencia sobre sus respectivos gobiernos y sobre la opinión pública de sus países respectivos. Así que el seminario ha sido organizado para convencerlos y para llevarlos a que se impliquen en la propagación de los mensajes que se quiere divulgar.

En vez de abordar los grandes problemas internacionales, las intervenciones analizan la supuesta estrategia ideológica de los soviéticos y explican el método a seguir para contrarrestarla en el «mundo libre».

Las primeras intervenciones evalúan el peligro comunista. Los «comunistas conscientes» son individuos que pretenden poner su patria al servicio de la Unión Soviética para imponerle al mundo un sistema colectivista. Y hay que combatirlos. Pero se trata de una lucha difícil ya que estos «comunistas conscientes» están diseminados por toda Europa dentro de una masa de electores comunistas que nada saben de sus siniestros propósitos y que los siguen con la esperanza de obtener mejores condiciones sociales.

La retórica se endurece poco a poco. El «mundo libre» debe enfrentar el «complot comunista mundial», no sólo de forma general sino dando también respuesta a problemas concretos vinculados a las inversiones estadounidenses en Europa y la descolonización.

Finalmente, los oradores abordan el problema principal que, según afirman ellos, los soviéticos están explotando en su propio beneficio: por razones culturales e históricas, los responsables políticos del «mundo libre» emplean argumentos diferentes en Estados Unidos y en Europa, argumentos que a veces se contradicen. El caso más emblemático es el de las purgas que organiza el senador McCarthy en Estados Unidos. Estas resultan indispensables para salvar la democracia, pero el método utilizado es visto en Europa como una forma de totalitarismo.

El mensaje final es que no hay negociación diplomática ni compromiso posible con los «Rojos». Hay impedir, cuesto lo que cueste, que los comunistas logren desempeñar un papel en Europa Occidental. Pero habrá que actuar con astucia. Como no podemos arrestarlos y fusilarlos, habrá que neutralizarlos con discreción, sin que los electores se den cuenta. O sea, la ideología que se desarrolla en el encuentro es la de la OTAN y el Gladio. Nunca se dijo allí que se recurriría al fraude electoral ni que los indecisos serían asesinados, pero todos los participantes admitieron que, para salvar el «mundo libre», había que poner las libertades entre paréntesis.

Aunque el proyecto de la Comunidad Europea de Defensa (CED) fracasó 3 meses más tarde debido a los golpes que le asestaron tanto diputados comunistas como «nacionalistas extremistas», o sea los gaullistas, su objetivo no era en realidad apoyar la creación de la CED ni ninguna otra medida política en particular sino divulgar una ideología en el seno de la clase dirigente y transmitirla después, a través de dicha clase, al resto de la sociedad. Objetivamente, los ciudadanos de Europa Occidental disponían cada vez más de información sobre las libertades que no tenían los habitantes de Europa Oriental, pero tenían cada vez menos conciencia de las libertades que ellos mismos iban perdiendo en Europa Occidental.

El Grupo de Bilderberg se convierte en una organización

Un segundo congreso se organiza entonces en Francia, del 18 al 20 de marzo de 1955, en la localidad de Barbizon.

Poco a poco va imponiéndose la idea de que estos congresos van a realizarse cada año y de que es necesario conformar una secretaría permanente. El príncipe Bernhard se aparta luego evidenciarse su participación en un caso de tráfico de influencia –el escándalo Lockheed-Martin). Cede entonces la presidencia al ex primer ministro británico Alec Douglas Home (de 1977 a 1980). La presidencia del Grupo de Bilderberg será ocupada posteriormente por el ex canciller y presidente de la RFA Walter Scheel (de 1981 a 1985), el ex gobernador del Banco de Inglaterra Eric Roll (de 1986 a 1989), el ex secretario general de la OTAN Peter Carrington (de 1990 a 1998) y finalmente por el ex vicepresidente de la Comisión Europea Etienne Davignon (desde 1999).

El presidente del Grupo de Bilderberg contó durante mucho con la ayuda de dos secretarios generales, uno para Europa y Canadá –los Estados vasallos– y otro para Estados Unidos –el monarca. Pero actualmente existe un solo secretario, desde 1999.

De un año a otro, los debates son muy repetitivos. Es por eso que no son los mismos invitados. Hay siempre un núcleo central que se encarga de preparar el seminario de antemano y otros personajes que vienen por primera vez, a los que se les inculca la retórica atlantista del momento.

Los encuentros anuales reúnen actualmente más de 120 participantes, un tercio de los cuales son miembros del núcleo. La alianza atlántica los selecciona según la importancia de sus contactos y su capacidad de influencia, independientemente de las funciones que ejerzan en la sociedad, y siguen siendo miembros del núcleo central cuando cambian de ocupación.

Veamos la lista exacta de dicho núcleo, incluyendo a los miembros del Consejo de administración, que sirven de vitrina para los invitados, y algunos de los miembros que se mantienen menos visibles para no asustar a los nuevos.

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Étienne Davignon, Secretario General del Grupo Bilderberg

Consejo de administración

Josef AckermannBanquero suizo, director del Deutsche Bank, vicepresidente del Foro de Davos.
Roger C. AltmanBanquero estadounidense, ex consejero de las campañas electorales de John Kerry y de Hillary Clinton, director del banco de negocios Evercore Partners Inc.
Francisco Pinto BalsemaoEx primer ministro socialista de Portugal (de 1981 a 1983), presidente fundador del principal grupo portugués de televisión SIC. (T)
Fran BernabeBanquero italiano, actual propietario de Telecom Italia (T)
Henri de CastriesPresidente-director general de la compañía francesa de seguros AXA
Juan Luis CebriánDirector del grupo español de prensa escrita y audiovisual Prisa.
W. Edmund ClarkBanquero canadiense, Presidente del Toronto-Dominion Bank Financial Group
Kenneth ClarkeEx vicepresidente de British American Tobacco (de 1998 a 2007), canciller y ministro británico de la Justicia, vicepresidente de Movimiento Europeo UK.
George A. DavidPresidente-director general de Coca-Cola.
Etienne DavignonHombre de negocios belga, ex vicepresidente de la Comisión Europea (de 1981 a 1985), actual vicepresidente de Suez-Tractebel.
Anders EldrupPresidente-director generak de la compañía danesa de gas y petróleo DONG Energy.
Thomas EndersDirector de Airbus.
Victor HalberstadtProfesor de economía en la universidad holandese de Leiden, funge como consejero de diversas empresas como Goldman Sachs y Daimler-Chrysler.
James A. JohnsonFinanciero estadounidense, fue uno de los principales responsables del Partido Demócrata y estuvo entre los artífices de la investidura de Barack Obama. Es vicepresidente del banco de negocios Perseus.
John Kerr of KinlochardEx embajador del Reino Unido en Washington, vicepresidente del grupo petrolero Royal Dutch Shell (T)
Klaus KleinfeldPresidente-director general alemán del gigante estadounidense del aluminio Alcoa.
Mustafa V. KoçPresidente-director general del holding Koç, la empresa más importante de Turquía.
Marie-Josée Drouin-KravisEditorialista sobre temas económicos en la prensa escrita y audiovisual de Canadá. Investigadora del extremadamente militarista Hudson Institute. Es la tercera esposa de Henry Kravis.
Jessica T. MathewsEx directora de asuntos globales en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Actual directora de la Fundación Carnegie.
Thierry de MontbrialEconomista, director fundador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI) y de la World Policy Conference.
Mario MontiEconomista italiano, ex comisario europeo para la competencia (de 1999 a 2005), cofundador del Spinelli Group por el Federalismo europeo.
Egil MyklebustEx presidente del patronato noruego, director de Scandinavian Airlines System (SAS).
Matthias NassDirector adjunto del diario alemán Die Zeit
Jorma OllilaHombre de negocios finlandés, ex presidente-director general de Nokia, actual presidente del grupo petrolero Royal Dutch Shell.
Richard N. PerleEx presidente del Consejo de Consulta de Defensa del Pentágono, es uno de los principales líderes de los llamados straussianos (los discípulos de Leo Strauss) y, por lo tanto, importante figura de los neoconservadores.
Heather ReismanMujer de negocios canadiense, Presidenta-directora general del grupo de edición Indigo-Chapters.
Rudolf ScholtenEx ministro de Finanzas de Austria, gobernador del Banco Central.
Peter D. SutherlandEx comisario europeo irlandés para la competencia. Fue posteriormente director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Actual presidente de Goldman Sachs International. Ex presidente de la sección europea de la Comisión Trilateral y vicepresidente de la European Round Table of Industrialists, actual presidente de honor del Movimiento Europeo en Irlanda.
J. Martin TaylorEx diputado británico, Presidente-director general del gigante de la química y de la actividad agroalimentaria Syngenta.
Peter A. ThielJefe de empresa estadounidense, Presidente-director general de PayPal, presidente de Clarium Capital Management y, debido a esa posición, accionista de Facebook.
Daniel L. VasellaPresidente-director general del grupo farmacéutico suizo Novartis.
Jacob WallenbergBanquero sueco, es administrador de numerosas compañías transnacionales.
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Henry Kissinger, principal responsable de las personas a invitar en el seno del Groupo Bilderberg

Miembros disimulados del núcleo

Carl BildtEx primer ministro liberal de Suecia (de 1991 a 1994), ex enviado especial de la Unión Europea y posteriormente de la ONU en los Balcanes (de 1995 a 1997 y de 1999 a 2001), actual ministro sueco de Relaciones Exteriores. (T)
Oscar BronnerPresidente-director general del diario austriaco Der Standard.
Timothy C. CollinsFinanciero estadounidense, director del fondo de inversiones Ripplewood. (T)
John ElkannPresidente-director general del grupo automovilístico italiano Fiat (su abuelo Gianni Agnelli fue durante 40 años uno de los promotores del Grupo de Bilderberg. Heredó la fortuna familiar luego del deceso, por causas naturales, de su abuelo Giovanni y de la prematura muerte de su tío Edoardo, quien se había convertido al Islam chiíta. Existe la convicción, en fuentes policiales, de que Edoardo fue asesinado para que la fortuna volviera a la rama judía de la familia).
Martin S. FeldsteinEx consejero económico de Ronald Reagan (de 1982 a 1984) y actual consejero económico de Barack Obama. Fue también consejero de George W. Bush para la inteligencia exterior. Imparte clases en Harvard. (T)
Henry A. KissingerEx consejero de seguridad nacional de Estados Unidos y ex secretario de Estado, personalidad central del complejo militaro-industrial estadounidense, actual presidente de la firma de consejería Kissinger Associates.
Henry R. KravisFinanciero estadounidense a cargo del manejo del fondo de inversiones KKR. Es uno de los principales recolectores de fondos del Partido Republicano.
Neelie KroesEx ministra holandesa de Transporte, comisaria europea para la competencia y actual comisaria para la sociedad numérica.
Bernardino Léon GrossDiplomática española, secretaria general de la presidencia del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
Frank McKennaEx miembro de la Comisión de Vigilancia de los servicios de inteligencia canadienses, embajador de Canadá en Washington (de 2005 a 2006), vicepresidente del Banco Toronto-Dominion.
Beatriz de los Países BajosReina de Holanda. Es la hija del príncipe Bernhard.
George OsborneMinistro británico de Finanzas. Este personaje neoconservador es considerado como un euroescéptico, lo cual implica que se opone a la integración del Reino Unido a la Unión Europea, aunque sí es partidario de la organización del continente en el seno de la UE.
Robert S. PrichardEconomista canadiense, director del grupo de prensa escrita y audiovisual Torstar.
David RockefellerEs el patriarca de una larga dinastía de financieros y el más antiguo miembro del núcleo del Grupo de Bilderberg. Es también presidente de la Comisión Trilateral, organización similar en la que participan personajes asiáticos.
James D. WolfensohnFinanciero australiano que adoptó la nacionalidad estadounidense para convertirse en presidente del Banco Mundial (de 1995 a 2005). Actual director de la firma de consejería Wolfensohn & Co.
Robert B. ZoellickDiplomático estadounidense, ex delegado de Comercio de Estados Unidos (de 2001 a 2005), actual presidente del Banco Mundial.
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David Rockefeller, consejero del Grupo Bilderberg

Los miembros del Grupo de Bilderberger no implican en el Grupo a las empresas o instituciones en las que trabajan. Es, sin embargo, interesante observar la diversidad de sectores en los que desarrollan sus actividades.

El grupo de influencia de la organización militar más poderosa del mundo

La cantidad de temas abordados en los encuentros anuales del Grupo de Bilderberg ha ido en aumento en los últimos años, en función de la actualidad internacional. Pero eso no nos dice nada nuevo, ya que esas discusiones no tienen en sí mismas ningún objetivo. No pasan de ser pretextos para comunicar mensajes. No hemos tenido acceso, por desgracia, a los documentos preparatorios más recientes, por lo que sólo podemos entonces inferir las consignas que la OTAN trata de divulgar a través de estos líderes de la opinión.

La reputación del Grupo de Bilderberg ha llevado a algunos a atribuirle capacidades de nominación. Se trata de una tontería, que esconde además la identidad de quienes realmente manejan los hilos en el seno de la alianza atlántica.

Se dice, por ejemplo, que durante la más reciente campaña para la elección presidencial estadounidense, Barack Obama y Hillary Clinton desaparecieron durante todo un día, el 6 de junio de 2008, para negociar el fin de su rivalidad. En realidad se fueron al seminario anual del Grupo de Bilderberg, en la localidad estadounidense de Chantilly, Estado de Virginia. Al día siguiente, la señora Clinton anunciaba su salida de la carrera presidencial. Algunos autores concluyeron entonces que la decisión se había tomado durante la reunión del Grupo de Bilderberg, lo cual es ilógico en la medida en que aquella decisión ya era un hecho desde 3 días antes debido a la cantidad de votos que el senador Obama había obtenido en el comité de investidura del Partido Demócrata.

Según nuestra fuente, lo que sucedió aquel día fue otra cosa. Barack Obama y Hillary Clinton se reunieron en privado para concluir un acuerdo financiero y político. El senador Obama reinyectó fondos en la caja de su rival y le ofreció un puesto en su administración –la señora Clinton rechazó la vicepresidencia y escogió el Departamento de Estado– a cambio de su activo apoyo en la campaña contra el candidato republicano. James A. Johnson presentó después a los dos líderes en el seminario de Bilderberg, donde ambos aseguraron a los participantes que trabajarían juntos. Ya desde mucho antes, Barack Obama era el candidato de la OTAN. El señor Obama y su familia siempre trabajaron para la CIA y el Pentágono [3]. Además, los primeros fondos para su campaña electoral fueron proporcionados por la corona de Inglaterra a través del hombre de negocios Nadhmi Auchi. Al presentar al senador negro ante los participantes del encuentro de Bilderberg, la alianza atlántica estaba organizando a escala internacional las relaciones públicas del futuro presidente de los Estados Unidos.

También se reportó que el Grupo de Bilderberg organizó entonces una cena que no estaba prevista, fuera del marco del seminario, y que se desarrolló el 14 de noviembre de 2009 en el castillo de Val Duchesse, propiedad del rey de Bélgica. El ex primer ministro belga Herman van Rompuy pronunció un discurso en aquella ocasión. Cinco días después, Van Rompuy fue electo presidente del Consejo Europeo. También en este caso varios autores concluyeron erróneamente que el Grupo de Bilderberg lo había «puesto en el cargo».

En realidad, el presidente de la Unión Europea no puede ser una personalidad que no forme parte de los círculos de la OTAN ya que –y es importante recordarlo– la propia Unión Europea es fruto de las cláusulas secretas del Plan Marshall. Y la persona escogida debe contar, por lo tanto, con el aval de los Estados miembros de la OTAN. Se trata, por consiguiente, de una decisión que exige largas negociaciones y que no se toma simplemente durante una cena entre amigos.

También según nuestra fuente, el presidente del Grupo de Bilderberg, Etienne Davignon, convocó aquella cena imprevista para propiciar la presentación de Van Rompuy ante sus vectores de influencia. Aquello se hacía más indispensable aún en la medida en que el hombre escogido para convertirse en el primer presidente de la Unión Europea –cargo que acababa de ser creado– era un perfecto desconocido fuera de su propio país. Durante aquella cena, el señor Van Rompuy expuso su programa de creación de un impuesto europeo destinado a financiar directamente las instituciones de la Unión Europea sin tener que depender de los Estados miembros. El papel de los participantes en el encuentro del Grupo de Bilderberg no era otro que decir después en todas partes que ya conocían a Herman Van Rompuy y que eran testigos de sus cualidades como presidente de la UE.

La realidad sobre el Grupo de Bilderberg es por lo tanto menos romántica de lo que algunos autores de éxito han imaginado. El increíble despliegue de fuerzas militares que garantiza su seguridad no está tan destinado a protegerlo como a impresionar a los propios participantes. No expresa el poderío de estos últimos sino que les demuestra que el único verdadero poderío en Occidente es el de la OTAN. Queda por parte de los participantes decidir si la apoyan para que ella los apoye a ellos o si la combaten y se exponen así a ser aplastados.

Además, a pesar de haber desarrollado en sus comienzos una retórica anticomunista, el Grupo de Bilderberg no era antisoviético, como tampoco es hoy antirruso. Lo que hace es seguir una estrategia de la alianza atlántica que no constituye un pacto contra Moscú sino que está destinada a defender –y de ser posible a extender– la zona de influencia de Washington. En el momento de su creación, la OTAN concibió la esperanza de lograr que la Unión Soviética se integrara a ella, lo cual hubiese implicado un compromiso de Moscú a mantener la distribución del mundo que había resultado de las conferencias de Postdam y de Yalta. La alianza atlántica acogió recientemente al presidente ruso Dimitri Medvedev en la cumbre de Lisboa y le propuso que Rusia se uniese a ella. No se trataría entonces de una relación de vasallaje sino del reconocimiento del Nuevo Orden Mundial, en el que toda Europa Central y Oriental ha caído en la órbita estadounidense. Una adhesión rusa sería en cierta forma como una especie de tratado de paz: Moscú reconocería así su derrota en la guerra fría y la nueva repartición del mundo.

En ese caso, el Grupo de Bilderberg invitaría a personalidades rusas a sus reuniones anuales. No les pediría que influyeran en la opinión pública rusa para americanizarla, sino para convencerla de que renuncie definitivamente a los sueños de grandeza del pasado.


[1] La CED es un proyecto que tenía como objetivo la creación de un ejército europeo integrado a la OTAN.
Fue rechazado en 1954 por el parlamento francés, a instancias de los seguidores del general Charles de Gaulle y del Partido Comunista Francés. Habrá que esperar hasta 2010-2011 para que aquel proyecto comience a concretar gracias a la connivencia franco-británica en el seno de la OTAN que da inicio a la guerra contra Libia.

[2] «Ver Les armées secrètes de l’OTAN», por Daniele Ganser. Este libro está publicado por capítulos en Voltairenet.org.

[3] «La biographie cachée des Obama: une famille au service de la CIA» (2 partes), por Wayne Madsen, Réseau Voltaire, 30 de agosto y 20 de septiembre de 2010.

http://www.voltairenet.org/article169438.html